miércoles, 2 de septiembre de 2009

¡Así quiero ser de grande!


Jenine Bressner es detenida por muchos extraños que quieren preguntarle sobre su negocio. ¿Por qué? Por los cientos de cuentas que lleva alrededor de su cuello, una galaxia de vidrio que orbita en atractivos colores. Algunas son diseñadas para verse como abejas, flores o incluso sushi. "La gente pregunta, ‘¿Qué es eso?' " dice Bressner. "Es publicidad gratuita".
Bressner, de 29 años, ha vendido sus cuentas durante once años. Usando un método de siglos, la diseñadora suaviza barras de vidrio sobre una flama, después enrosca el material fundido alrededor de una vara de acero que deja un hoyo en la cuenta terminada.
Bressner no reveló sus ingresos, pero las cuentas son su fuente primaria de ganancias (también da clases de manualidades y trabaja como ilustradora independiente). Los precios de sus cuentas están diseñados para pagarle alrededor de 50 dólares la hora. Cobra entre 45 y 90 dólares por la mayoría de sus piezas. "Me mantengo en una escala donde aún disfruto hacerlo", dice Bressner.
La diseñadora también mantiene sus gastos tan bajos como le es posible -va en bicicleta a todas partes, economiza en seguro médico y planta su propia comida. Bressner fabrica sus zapatos con sudaderas y llantas usadas, y está transformando su lavadora para poder propulsarla con su bicicleta "Tengo que pagar mi renta", dice. "Y tengo que ser libre".

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